No solamente la salud de las personas se ven afectadas con el consumo de este producto, sino que también el entorno donde vivimos. Más fundamentos para implementar políticas públicas como los impuestos al tabaco y así reducir este daño.
En junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente. Si bien son varios factores los que lo afectan de manera negativa, se discute menos acerca de cómo el tabaco impacta en el medio ambiente, desde el momento de la producción al consumo.
“La producción de productos del tabaco provoca una amplia degradación ambiental que comienza con la preparación de la tierra para el cultivo del tabaco y continúa a lo largo del ciclo de vida de los productos de tabaco a medida que se fabrican, comercializan y consumen”, señala el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco en su sitio web.
Son 4.5 billones de colillas que se lanzan cada año terminado en lagos, océanos y en el suelo, lo que equivale a 1690 millones de kilos de basura tóxica con contenido plástico. Con esa cantidad se podrían llenar 528 piscinas olímpicas. Si se reunieran todas en un mismo lugar, se podrían llenar 60.000 contenedores de transporte. Al mismo tiempo, las colillas de cigarrillos y sus filtros liberan sustancias químicas tóxicas y microplásticos en el medio ambiente, así como en todo el mundo se deforestan cada año unas 200.000 hectáreas de tierra para dedicarlas al cultivo del tabaco.
Por esta razón es que en la COP10, realizada en Panamá en febrero pasado, se adoptaron decisiones históricas para proteger el medio ambiente de los daños del tabaco.
“Hemos adoptado una decisión histórica sobre el artículo 18”, dijo en ese momento la Dra. Adriana Blanco Marquizo, Jefa de la Secretaría del CMCT de la OMS, al describir las medidas para reforzar el artículo del CMCT de la OMS relativo a la protección del medio ambiente y la salud de todas las personas.
“En la decisión se insta a las Partes a tener en cuenta los efectos ambientales del cultivo, la fabricación y el consumo de productos de tabaco, así como de los residuos que generan, y a fortalecer la aplicación de este artículo, por ejemplo, mediante políticas nacionales relacionadas con el tabaco y la protección del medio ambiente”, dijo la Dra. Blanco Marquizo.
En la decisión también se aborda la cuestión de los filtros de los cigarrillos y que, bajo determinadas condiciones, como la luz solar y la humedad, los filtros de los cigarrillos se descomponen en trozos de plástico más pequeños que terminan lixiviando algunas de las 7.000 sustancias químicas que contiene cada cigarrillo. Muchas de esas sustancias químicas son tóxicas para el medio ambiente. “La decisión sobre el artículo 18 es muy oportuna, dada la labor que están llevando a cabo los comités intergubernamentales de negociación para elaborar un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos, en particular en el medio marino”, afirman en el CMCT.