El 18 de diciembre pasado se realizó el evento el “Impacto de los impuestos al tabaco” en la salud pública en Uruguay, donde se presentaron los principales resultados de investigaciones realizadas por el Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales (Uruguay) en colaboración con Tabaconomía, hub de evidencia de impuestos al tabaco en América Latina de la Universidad de Adolfo Ibañez (Chile) y que forma parte de la Iniciativa Bloomberg para reducir el Consumo del Tabaco de Bloomberg Philanthropies.
En la actividad se dieron a conocer los beneficios de las políticas públicas basadas en las recomendaciones internacionales de aumento de los impuestos a los productos de tabaco, su impacto en el mercado y cómo ha evolucionado esto en Uruguay en los últimos años incluyendo el precio de los productos y la demanda de consumo. También se presentó cómo influye la variación de los precios en la decisión de inicio en el consumo de tabaco a través del informe “Precios e Iniciación de Tabaquismo: El Caso de Uruguay”, realizado por el investigador chileno Pablo Assael.
El evento fue organizado por la Organización Multidisciplinaria para la Integración Social (OMIS) como integrante de la sociedad civil, destacando la importancia de la evidencia científica libre de conflictos de interés para la protección de la salud de la población a través de las políticas de control del tabaco.
“Como Tabaconomía decidimos llevar a cabo este estudio en Uruguay ya que aun siendo un país que ha liderado políticas de control de tabaco en América Latina, actualmente está 10 puntos por debajo del mínimo de carga impositiva al tabaco recomendando por la Organización Mundial de la Salud (OMS) (75% sobre el valor de la cajetilla de cigarrillos). Hay una oportunidad de incrementar estos gravámenes y así reducir la cantidad de fumadores actuales, de futuros consumidores de este producto nocivo, disminuyendo así gastos de salud presentes y futuros”, afirma Guillermo Paraje, académico de la UAI y director de Tabaconomía.
Las conclusiones de las investigaciones son un reflejo de la situación actual en la que está Uruguay, donde a pesar del éxito de las políticas de control de tabaco en reducción de la prevalencia, la cual cayó un 33% entre 2006 y 2022, el tabaquismo continúa representando uno de los principales factores de riesgo para la salud. Esto genera un impacto significativo tanto en términos económicos como de salud pública por el alto número de muertes anuales (15% de las muertes totales), años de vida saludables perdidos y costos médicos directos que no se cubren con lo recaudado con los impuestos al tabaco. Entre las principales conclusiones se encuentran:
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Ante un aumento del 10% en el precio de la cajilla de cigarrillos, el consumo se reduciría en 7.27%.
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De aumentar un 56% el Impuesto Específico Interno (IMESI) en términos reales en el período 2024-2028, la población fumadora caería casi en un 21%, lo que representaría unos 71 mil fumadores menos en sólo 5 años.
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Los aumentos de precios de los cigarrillos a través de impuestos provocarían disminución en el consumo, más pronunciadamente en los hogares de menor nivel socioeconómico que en el promedio de los hogares, y aumentos en la recaudación tributaria.
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En 2009 se unificaron las tasas impositivas de los cigarrillos y tabaco para armar, pero no se hizo lo propio con otros productos preparados totalmente o en parte con hojas de tabaco o los dispositivos electrónicos para calentar tabaco. Se considera que esto es clave para evitar potenciales efectos sustitución entre ellos. 17% de los gastos en salud están relacionados con el tratamiento de enfermedades en las cuales el tabaquismo es una de sus principales causas, lo que equivale al 1.5% del PIB uruguayo. Únicamente el 26% de dicho gasto se cubre con la recaudación de impuestos al tabaco.
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Entre 2005 y 2017 la cantidad de hogares que gastan en cigarrillos cayó entre un 26% y 41% dependiendo del estrato socioeconómico, donde la mayor caída se registra en los hogares de mejor nivel socioeconómico.
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En promedio, la edad de inicio de consumo de tabaco para los jóvenes pasó de 13 años en 2003 a 14,4 años en 2021, una diferencia estadísticamente significativa.
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Los resultados de una de las investigaciones demuestran que un aumento del precio del tabaco retrasa la edad de inicio y disminuye el riesgo de comenzar a fumar en Uruguay.
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Para el período analizado, aumentó la posibilidad de comprar mayor cantidad de productos de tabaco (mayor asequibilidad), dado que el precio real de la marca legal más vendida de cigarrillos ha aumentado menos que los impuestos reales. Pero aún se continúa sin alcanzar la meta establecida en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (FCTC).
Los datos y conclusiones de los informes fueron presentados por Patricia Triunfo, Doctora en Economía por la Universidad de Granada, España. Profesora Titular Grado 5 del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República.