El Dr. José Miguel Bernucci, director en la FALP, señala que el principal problema entorno a esta enfermedad en Chile, pasa por la falta de políticas de control de tabaco. Afirma que para combatir todas las enfermedades asociadas al tabaco, los impuestos al tabaco han demostrado ser efectivos, y que aún hay gran espacio para crecer en este tipo de medidas en el país.
Durante junio la Fundación Arturo López (FALP) ha realizado la campaña “Cáncer de Pulmón: da un respiro a tus pulmones”, con el fin de concientizar sobre el negativo impacto que genera a las personas consumir tabaco.
En Tabaconomía conversamos con el Dr. José Miguel Bernucci, Director de Prevención y Detección Precoz del Departamento de Educación y Prevención del Cáncer de la FALP, para profundizar sobre este tema.
El cáncer de pulmón es la principal consecuencia del tabaquismo
El cáncer de pulmón representa la primera causa de muerte por cáncer en hombres y mujeres de Chile, al igual que en gran parte del mundo. “Según proyecciones del 2020 del Observatorio Global del Cáncer (Globocan), en el país se diagnosticaron más de 3.900 casos y más de 3.500 personas habrían perdido la vida por esta causa, siendo el rango entre los 70-89 años donde se produce la mayor mortalidad, seguida por el de 60-79 años de edad”, afirma el Dr. José Miguel Bernucci.
El directivo de la FALP enfatiza. “El cáncer de pulmón es la principal consecuencia del tabaquismo. Se estima que 9 de cada 10 personas con cáncer de pulmón fumaban o fuman, y que 8 de cada 10 muertes por esta enfermedad están directamente relacionadas al consumo de tabaco”.
Para Bernucci el principal problema entorno a esta enfermedad en nuestro país, pasa por la falta de políticas de control de tabaco, que ha demostrado en muchos países ser una excelente herramienta para bajar la morbimortalidad en cáncer de pulmón. “Esto sumado a que no contamos con programas de tamizaje para la población de mayor riesgo, lo que redunda en que 4 de cada 5 casos se diagnostiquen en etapa avanzada, reduciendo drásticamente las opciones de sobrevida de los pacientes. La instauración de programas de screening en población de alto riesgo, también ha demostrado ser útil en la detección precoz de esta enfermedad, y con ello, mejorar la sobrevida de pacientes afectados y disminuir los costos asociados al tratamiento”.
El consumo del tabaco como factor de riesgo de cáncer al pulmón y de otros
Si bien se podría pensar que el consumo del tabaco impacta solamente al pulmón, el doctor explica que también puede generar daños en otros órganos. “El consumo de tabaco es el principal factor de riesgo del cáncer de pulmón y de más de 10 tipos de cáncer, por ejemplo, cáncer de vejiga, cervicouterino, estómago y esófago, entre otros. En el caso del cáncer de pulmón, el consumo de tabaco incrementa entre 15 y 30 veces más la probabilidad de desarrollar esta enfermedad o de morir por esta causa, respecto de quienes no lo consumen. Si bien a mayor cantidad, mayor riesgo, lo cierto es que por el solo hecho de fumar, ya se genera un daño a nuestro organismo e incrementa el riesgo; ya sea que fumemos una o más veces al día”.
El daño generado por el tabaco a el organismo es inmediato. “A los 10 segundos de la primera aspiración, los químicos tóxicos presentes en el humo del tabaco llegan al cerebro, corazón y otros órganos del fumador. Fumar daña casi todas las partes del organismo y aumenta el riesgo de muchas enfermedades. La carcinogénesis que se produce en las células bronquiales se da por daño directo del ADN con alteración de la capacidad de reparación de este”, explica el representante de la FALP.
Bernucci también destaca que la Industria del tabaco intentó por décadas ocultar el daño asociado del tabaco hacia la salud humana, especialmente en el cáncer. “Sin embargo la ciencia ha aportado con datos irrefutables esta asociación. Los principales programas de screening en cáncer de pulmón se basan de hecho en detectar a pacientes de alto riesgo que se da por un alto consumo de tabaco, con una cantidad de más de 20 paquetes / año*”.
Los impuestos al tabaco como la medida más costo-efectiva para reducir su consumo
- ¿Cuál es su opinión sobre los impuestos como medida para reducir el consumo del tabaco?
“Los impuestos “correctivos, en su conjunto (tabaco, bebidas azucaradas, alimentos ultraprocesados), han sido descritos por la OMS como una de las herramientas más costo efectivas y que mayor valor le entregan en medidas de intervención en salud. Dentro de ellos, los impuestos al tabaco han demostrado ser efectivos, no solo en recaudación, sino como una intervención costo-efectiva para combatir todas las enfermedades asociadas al tabaco (cardiovasculares y cáncer) tanto en morbilidad como en disminución de la mortalidad.
Nuestro país, aunque ha avanzado en este tipo de impuestos, aún estamos con un gran espacio para crecer en este tipo de medidas. Sin embargo, la señal de la clase política no es tan clara en ese sentido, ya que, por ejemplo, la ley del tabaco duerme hace años en el congreso”.
Otras medidas para la reducir el consumo del tabaco
El doctor señala que “no podemos desconocer que como país hemos dado importantes pasos enfocados en restringir el acceso y espacio de consumo de tabaco. Sin embargo, hasta ahora, el foco ha estado mayoritariamente puesto en la población fumadora, la que nos ha demostrado con los años que, pese a las barreras, difícilmente erradicará su hábito de consumo. De ahí la importancia de poder integrar otras estrategias que complementen el trabajo realizado hasta ahora y que nos permitan abordar de manera transversal a la comunidad”.
Para José Miguel Bernucci, en materia preventiva, “se debe enfocar en la población escolar y jóvenes con material educativo y en los lugares de trabajo para generar espacios libres de humo del tabaco. Tenemos una gran deuda en materia sanitaria respecto a la terapia de cesación de tabaco, tanto en recursos para financiamiento de terapias, como con Recursos Humanos formados en el tema”, concluye.
*Basado en el Índice Paquetes/Año (IPA), que se calcula por número de cigarros al día x años fumando / 20. Esta es una forma de estandarizar cuánto fuma una persona considerando todos los años de vida. Considera tanto el número de cigarrillos fumados al día así como el tiempo de fumador.
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