Esta conclusión es parte de una exhaustiva investigación que revisó una gran cantidad de evidencia existente sobre estos gravámenes, y que fue publicada por “BMJ Global Health”, del grupo líder a nivel mundial en investigación científica BMJ (British Medical Journal).
“Taxation of tobacco, alcohol, and sugar, sweetened, beverages: reviewing the evidence and dispelling the myths” (“Impuestos al tabaco, alcohol y bebidas azucaradas: revisando la evidencia y disipando mitos”) se llama el artículo que tiene como primer autor al académico de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez y quien lidera Tabaconomía, hub regional a nivel Latinoamérica de evidencia sobre impuestos al tabaco, Guillermo Paraje.
La investigación publicada por “BMJ Global Health”, del grupo líder a nivel mundial en investigación científica BMJ, tuvo como objetivo revisar la gran cantidad de evidencia que existe sobre el efecto de los impuestos en el consumo de tabaco, alcohol y bebidas azucaradas, considerando fuentes como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial.
En la publicación se afirma que la evidencia muestra que estos impuestos pueden tener un impacto efectivo sobre la demanda de estos productos por parte de los consumidores, reduciendo la carga de enfermedades asociadas con su consumo. Esto es contrario a los argumentos de las industrias involucradas, que se oponen a los impuestos sobre todo afirmando su regresividad así como efectos sobre el empleo, la actividad económica y en el comercio ilícito.
Guillermo Paraje explica los resultados de la investigación. “A mediano y largo plazo, se genera una reducción en los costos sanitarios y una mejora de la salud así como del bienestar de sectores de bajos ingresos. Por otro lado, los impuestos no afectan negativamente a la actividad económica ni el empleo, ya que los consumidores cambian la demanda a otros productos que generan trabajo y pueden compensar cualquier pérdida en los sectores sujetos a los tributos”.
Luego, frente al argumento del comercio ilícito, Paraje destaca. “La evidencia muestra que este no ha aumentado a nivel mundial, más bien al contrario, a pesar de los incrementos en los impuestos al tabaco. Los contrabandistas que maximizan sus ganancias aumentan los precios de los cigarrillos ilícitos junto con los aumentos de los precios de los cigarrillos lícitos. Esto implica que aun cuando el aumento de los impuestos pueda eventualmente desviar parte de la demanda hacia el mercado ilícito, hace subir los precios en el mercado ilícito, desincentivando el consumo total de cigarrillos, que es el objetivo del impuesto”.
Al mismo tiempo menciona que si bien los impuestos son un elemento importante de los esfuerzos más amplios para reducir el consumo de tabaco, alcohol y bebidas azucaradas, no son una panacea y deben utilizarse junto con otras medidas rentables como campañas de educación en los medios de comunicación, prohibiciones de fumar o beber en lugares públicos, etiquetado destacado que muestre efectos adversos para la salud (especialmente para el tabaco y el alcohol); restricciones de horarios de apertura (para alcohol); restricciones para fumar y tomar bebidas alcohólicas en espacios públicos; etiquetado de productos con advertencias sanitarias, entre otros.
El artículo completo publicado en BMJ Global Health se puede ver aquí